Un poco de Historia de las Artesanías de Barro Negro

Los primeros vestigios de barro datan de los años 1500 y 1530 a. C. La historia del barro surge a partir de la necesidad de nuestros ancestros por transportar sus alimentos y agua para su consumo así como para el campo, al principio esto generaba un problema debido a que el lodo se secaba y se humedecía de nuevo con el agua haciendo que éste se filtrara, por tal motivo empezaron a cocer el barro y al ver que esa técnica funcionaba optaron por ocuparla.

Al mismo tiempo durante la época del establecimiento de las culturas Mesoamericanas con la necesidad de representar lo que sentían, empezaron a elaborar figuras de barro de los dioses a los que les rendían tributo.

Fue a partir del surgimiento de la capital zapoteca de Monte Albán (entre los años 600 y 800 a.c) que se establece la actividad del barro negro. A esto le siguieron otras comunidades como Santa María Atzompa que comenzaron a crear artículos de barro.

Posteriormente, llegaron los mixtecos a darle otro sentido a la cerámica haciéndolo policromado y dándole a la cerámica otro aspecto con la pintura. Es así como el barro negro comienza a tener otro sentido debido a la representación de la cosmovisión en la cerámica.

Con el paso del tiempo, con la llegada de los conquistadores, el barro se transforma pues se deja de producir el barro negro con un enfoque religioso para ser ahora utilitario.

Algunas de las piezas que se elaboraron en esa época fueron el apazle para preparar el téjate, para tener la manteca de cerdo, para lavar el nixtamal; el cántaro mezcalero para la destilación del mezcal; el cántaro bocón para sacar el agua del pozo; la olla tepachera para el tepache; las jarritas y los platos para la elaboración de las piezas, etc. Estas piezas, fueron en su tiempo muy útiles puesto que satisfacían las necesidades de esa época.

La elaboración del barro ha tenido sus altas y sus bajas, precisamente con el invento y uso de otros materiales como el vidrio y el plástico debido a que con la llegada de estos se desplaza un poco el barro negro, y aún más con la del plástico puesto que éste es más barato.

Dentro de las personas que han fomentado la difusión del barro negro y en específico en la comunidad de San Bartolo Coyotepec se puede mencionar a Diego Rivera quien tenía cierta admiración por los artesanos. Él decía que un artesano tenía más valor que el artista puesto que el artesano es empírico y el artista tiene que estudiar.

Una de las formas en que él apoyó fue recibiendo en su casa a los artesanos para practicar el trueque de tal forma que los artesanos le daban piezas de barro y él le daba obras que elaboraba. En una ocasión mandó un fotógrafo a San Bartolo Coyotepec para que fuera a ver el único barro negro que se hace en todo el mundo, y, el resultado de esto fue que el fotógrafo (1958-1966) llevó esas fotos a Nueva York siendo ésta la primera ocasión en que la fabricación de esta artesanía oaxaqueña fue difundida y específicamente en el extranjero.

Así fue como el barro negro atrajo a los turistas logrando que al estado conocido como la Verde Antequera comenzaran a llegar estadounidenses con la intención de conocer y adquirir piezas elaboradas con el barro negro permitiendo que  éste no sólo fuese fabricado para uso propio o incluso para practicar el trueque con las comunidades vecinas, sino que comenzara a comercializarse.

Al ver esto los artesanos, comenzaron a ver la fabricación del barro negro como un negocio y no precisamente como una utilidad en la vida cotidiana y es así como en el proceso de elaboración modificaron algunas parámetros como el tiempo de cocción, por ejemplo ya no lo hacían a los 900 grados debido a que las piezas ya no iban a estar diseñadas para soportar el agua que transportaban, así que tuvieron que disminuir la temperatura a la cual se cocían las piezas.

Desde entonces el barro negro se deja de hacer con un fin utilitario he inicia a fabricarse con un fin decorativo.